El Virus ARN es el agente causal del sarampión, una enfermedad altamente contagiosa caracterizada por fiebre, exantema maculopapular y síntomas respiratorios. Su transmisión es por vía aérea a través de gotículas y su periodo de incubación es de aproximadamente 10 a 12 días.
CLASIFICACIÓN
Pertenece a la familia Paramyxoviridae, género Morbillivirus. Es un virus envuelto con un genoma de ARN monocatenario de sentido negativo, no segmentado, y con simetría helicoidal. Comparte características con otros paramixovirus como el virus de la parotiditis y el virus de la enfermedad de Newcastle.
MORFOLOGÍA
El virus del sarampión tiene una cápside helicoidal y una envoltura lipídica derivada de la membrana celular del huésped. Posee dos proteínas esenciales en su superficie: la hemaglutinina (H), que permite la adhesión a los receptores celulares (CD150 y nectina-4), y la proteína de fusión (F), que facilita la fusión de la membrana viral con la célula huésped. Su genoma codifica para seis proteínas estructurales y dos proteínas accesorias.
FACTORES DE PATOGENICIDAD
El virus del sarampión tiene una cápside helicoidal y una envoltura lipídica derivada de la membrana celular del huésped. Posee dos proteínas esenciales en su superficie: la hemaglutinina (H), que permite la adhesión a los receptores celulares (CD150 y nectina-4), y la proteína de fusión (F), que facilita la fusión de la membrana viral con la célula huésped. Su genoma codifica para seis proteínas estructurales y dos proteínas accesorias.
PATOLOGÍAS
La infección por el virus del sarampión pasa por varias fases:
Fase prodrómica:
fiebre alta, tos seca, coriza (rinitis), conjuntivitis y la aparición de las manchas de Koplik en la mucosa oral.
Fase exantemática:
aparición de un exantema maculopapular que comienza en la cara y se extiende en sentido descendente, acompañado de fiebre persistente y síntomas catarrales.
Fase de convalecencia:
el exantema desaparece en el mismo orden en que apareció, dejando una descamación fina. Las complicaciones pueden incluir neumonía, encefalitis postinfecciosa y panencefalitis esclerosante subaguda (PES), una complicación neurológica grave y tardía. Otras complicaciones incluyen otitis media, diarrea severa y queratitis con riesgo de ceguera.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico se basa en la clínica, con la identificación de manchas de Koplik y el exantema característico. Se confirma mediante pruebas de laboratorio como la detección de ARN viral por RT-PCR en muestras de orina, saliva o sangre. También se pueden detectar anticuerpos IgM específicos contra el virus del sarampión mediante serología. En algunos casos, el aislamiento viral en cultivo celular puede ser útil en estudios epidemiológicos.
TRATAMIENTO
No existe un tratamiento antiviral específico para el sarampión. La terapia es sintomática e incluye el uso de antipiréticos para controlar la fiebre, hidratación adecuada y manejo de complicaciones. La administración de vitamina A en niños desnutridos reduce la gravedad de la enfermedad y la mortalidad. En casos graves con complicaciones respiratorias o neurológicas, puede ser necesario soporte hospitalario con ventilación mecánica y antibióticos para infecciones secundarias. La mejor estrategia es la prevención mediante la vacunación.
PREVENCIÓN
La vacunación con la vacuna triple viral (sarampión, rubéola y parotiditis) es la medida preventiva más eficaz. Se administra en dos dosis: la primera a los 12 meses de edad y la segunda entre los 4 y 6 años. La cobertura vacunal superior al 95% es clave para la erradicación del sarampión y la prevención de brotes epidémicos.
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